Senderos
SENDERO DEL BARRANCO REAL DE TELDE
El inicio de la ruta se sitúa delante de la Basílica Menor de San Juan, contemplando el conjunto histórico artístico de su plaza, quedando a su espalda (al oeste) el barrio de San Francisco.
En esta propuesta se sugiere descender por la calle Juan Carlos I y llegar a la Rotonda del Cubillo, tomando a la izquierda para ir rumbo Jinámar, desde donde comenzará a ver el puente de los Siete Ojos y buscar a la derecha una pista de tierra que desciende al barranco. A partir de este punto comienza el itinerario sobre tierra que recorrerá todo el barranco Real de Telde hasta su desembocadura.
En los laterales del mismo se encuentran los antiguos poblados de Cendro y Tara que por su singularidad arquitectónica y su relevancia histórica fueron declarados en1 981 conjunto histórico artístico. A lo largo del camino hacia la costa nos encontraremos con explotaciones a cielo abierto (extracciones de áridos), así como invernaderos agrícolas y fincas con frutales.
SENDERO DEL BARRANCO DE LOS CERNÍCALOS
Senderistas, turistas y, en general, excursionistas de todas las edades han hecho de este barranco uno de los lugares más visitados de la Isla. Todos los niños, jóvenes y adultos han soñado y vivido experiencias inolvidables entre sus riachuelos de agua, sus cascadas y sus frondosos árboles. El hábitat generado por el agua, que discurre permanentemente a cielo abierto, propicia toda una biodiversidad en equilibrio que nos regala maravillosos olores y colores a lo largo de su recorrido.
El sendero, principalmente discurre en el fondo de barranco, entre la sauceda, aunque en ocasiones, de manera esporádica, fluye por medio de algunos caminos en sus laderas atravesando el bosque de acebuches, que lo hacen algo complicado, por lo que se recomienda a los usuarios-as mucha precaución, ante imprevistos en el discurrir del sendero, para evitar posibles accidentes innecesarios.
Estos caminos no son reglados y en algunos puntos sin orden establecido, que pasan a través de terrenos aparentemente privados, entre los municipios de Telde o Valsequillo, que antaño fueron en parte cultivados.
El barranco de Los Cernícalos tiene unos 12 Km. de longitud y se halla integrado en el Espacio Natural de la Reserva de Los Marteles, con una extensión de 3.568,7 hectáreas. Este barranco nace en las estribaciones de la Caldera de Los Marteles, a 1.500 metros de altitud, y finaliza su estrecho y serpenteante trayecto en Tecén, cuando se une al barranco de San Miguel. Divide a dos municipios: Telde y Valsequillo; pero, a la vez, une a toda una población en su conservación: los amantes de la naturaleza.
SENDERO CIRCULAR DE CAZADORES
El barranco de los Cernícalos se ha constituido en una de las rutas de senderismo más activa y aventurera que existen en la isla de Gran Canaria. También la más populosa, ya que determinadas fechas sus visitantes aumentan considerablemente, sobre todo haciendo el mino de ida y vuelta a las cascadas, desde la zona conocida como “Castillo”. No obstante, a lo largo de sus 12 Km. de longitud, desde su nacimiento en la Caldera de Los Marteles hasta su final en Tecén, ofrece múltiples opciones de caminos y senderos que, en algunos casos, van desvelando al senderista los secretos de Cernícalos, elementos, todos ellos, de indudable valor natural o patrimonial.
La Galería del Blanquizal es una de las que alimenta actualmente de agua al barranco de los Cernícalos. Se sitúa en Cuevas Blancas, trasera del pago de Cazadores, aproximadamente en la cota de 1.100 metros de altitud. Tiene unos dos kilómetros de profundidad, y en los últimos años se ha canalizado su salida. Es propiedad de la Heredad de Aguas del Valle de los Nueve.
SENDERO CUATRO PUERTAS
El conjunto arqueológico de Cuatro Puertas constituye una visita imprescindible para cualquier persona interesada en la historia de Canarias, y, por supuesto, no puede faltar tampoco en las rutas escolares con las que se fomenta el conocimiento de la cultura prehispánica en las Islas. A ese valor testimonial se suma el carácter sagrado que tenía para nuestros antepasados, razón por la que sugerimos acercarse a él con el máximo respeto,no solo medioambiental, sino también espiritual.
Los antiguos canarios eligieron esta montaña -un hito geográfico situado entre llanuras y suaves vaguadas- para levantar toda una serie de construcciones: labraron la toba volcánica, decoraron sus paredes y esculpieron, con sus rudimentarias herramientas, estructuras que han pervivido hasta hoy. Le invitamos a conocer este lugar imaginando cómo vivían; dibujando las techumbres, tocando la cálida piedra bermeja, sintiendo el abrigo de las cuevas, sorteando pasadizos y cavidades. Suba a la cúspide de la montaña y descubrirá su estratégica posición. Tan lejos y tan cerca: el pasado aborigen se cuela, por este itinerario, en nuestro presente mochilero.